martes, 29 de septiembre de 2015

Che Guevara: soberanía política e independencia económica

[Vamos! Nº 61] 9 de octubre: aniversario de su asesinato.











Ernesto Che Guevara no solo tuvo un rol fundamental en el proceso revolucionario que llevó al triunfo de la Revolución Cubana en 1959. También fue un actor clave en los debates de los primeros años posteriores. Un debate de fondo era sobre el camino para la construcción del socialismo y la posibilidad de un camino independiente para Cuba, en el marco de la aguda lucha de líneas en el movimiento comunista internacional ante la restauración capitalista en la URSS, que en ese momento tenía aún una máscara socialista.

Extractamos algunos fragmentos de una charla que dio el 20 de marzo de 1960 en un programa televisivo para difundir los principios que guiaban la revolución. En este momento el Che estaba a cargo del área económica del gobierno revolucionario, siendo responsable del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y presidente del Banco Nacional de Cuba. Allí, el Che remarca la necesidad de una completa liberación e independencia económica para lograr una verdadera soberanía política, y expone los principios básicos de la línea que impulsó: la industrialización para salir del monocultivo azucarero y la diversificación del comercio exterior para salir del monomercado norteamericano. Finalmente, tras una aguda lucha de líneas en el seno de la revolución, estos lineamientos serían abandonados, volviendo a la monoproducción de azúcar y reemplazando el mercado norteamericano por el soviético, generando una nueva dependencia económica y política.

[…] Nosotros como soldados de la Revolución vamos directamente a hacer la tarea que el deber nos impone y muchas veces tenemos que estar realizando algunas para las que no tenemos la capacitación ideal por lo menos. Quizá esta sea una de esas tareas, revertir en palabras fáciles, en conceptos que todo el mundo conozca y entienda, la enorme importancia que tiene el tema de la soberanía política y de la independencia económica y explicar, además, la unión estrechísima entre estos dos términos. Puede alguno, como sucedió en algún momento en Cuba, anteceder al otro, pero necesariamente van juntos, y al poco tiempo de andar deben juntarse, ya sea como una afirmación positiva, como el caso cubano que logró su independencia política e inmediatamente se dedica a conseguir su independencia económica, u otras veces en el caso negativo de países que logran o entran en el camino de la independencia política y por no asegurar la independencia económica, ésta poco a poco se va debilitando hasta que se pierde. […]

“Sin azúcar no hay país”, vociferan los voceros de la reacción, y además creen que si el mercado que nos compra ese azúcar, deja de hacerlo, la ruina es absoluta. Como si ese mercado que nos compra ese azúcar lo hiciera solamente por un deseo de ayudarnos a nosotros. […]

La importancia de los monopolios es inmensa, tan grande es que hace desparecer el poder político de muchas de nuestras repúblicas. Hace tiempo leíamos un ensayo de Papini, donde su personaje Gog compraba una república y decía que esa república creía que tenía presidentes, cámaras, ejércitos y que era soberana cuando en realidad él la había comprado. Y esa caricatura es exacta, hay repúblicas que tienen todas las características formales para serlo y que, sin embargo, dependen de la voluntad omnímoda de la Compañía Frutera, por ejemplo, cuyo bien odiado director era un fallecido abogado; como otros dependen de la Standard Oil o de alguna otra compañía monopolista petrolera, como otros dependen de los reyes del estaño o de los que comercializan el café, dando ejemplos americanos para no buscar los africanos y asiáticos; es decir que la soberanía política es un término que no hay que buscarlo en definiciones formales, sino que hay que ahondar un poquito más, hay que buscarle sus raíces. […]

El régimen interno que tenga cada pueblo que le permita en mayor o menor grado o por completo o que no le permita en absoluto, ejercer su soberanía, debe ser asunto que competa a dicho pueblo; pero la soberanía nacional significa, primero el derecho que tiene el país a que nadie se inmiscuya en su vida, el derecho que tiene un pueblo a darse el gobierno y el modo de vida que mejor le convenga, eso depende de su voluntad y solamente ese pueblo es el que puede determinar si un gobierno cambia o no. Pero todos estos conceptos de soberanía política, de soberanía nacional son ficticios si al lado de ellos no está la independencia económica.

Habíamos dicho al principio que la soberanía política y la independencia económica van unidas. Si no hay economía propia, si se está penetrado por un capital extranjero, no se puede estar libre de la tutela del país del cual se depende, ni mucho menos se puede hacer la voluntad de ese país si choca con los grandes intereses de aquel otro que la domina económicamente. Todavía esa idea no está absolutamente clara en el pueblo de Cuba y es necesario rememorarla una y otra vez. Los pilares de la soberanía política que se pusieron el 1º de enero de 1959, solamente estarán totalmente consolidados, cuando se logre una absoluta independencia económica. Y podemos decir que vamos por buen camino si cada día se toma una medida que asegure nuestra independencia económica. En el mismo momento en que medidas gubernamentales hagan que cese este camino o que se vuelva atrás, aunque solo sea un paso, se ha perdido todo y se volverá indefectiblemente a los sistemas de colonización más o menos encubiertos de acuerdo con las características de cada país y de cada momento social. […]

Todavía no podemos proclamar ante la tumba de nuestros mártires que Cuba es independiente económicamente. No lo puede ser cuando simplemente un barco detenido en Estados Unidos hace parar una fábrica en Cuba, cuando simplemente cualquier orden de alguno de los monopolios paraliza aquí un centro de trabajo. Independiente será Cuba cuando haya desarrollado todos sus medios, todas sus riquezas naturales y cuando haya asegurado, mediante tratados, mediante comercio con todo el mundo, que no pueda haber acción unilateral de ninguna potencia extranjera que le impida mantener su ritmo de producción y mantener todas sus fábricas y todo su campo produciendo al máximo posible dentro de la planificación que estamos llevando a cabo. Sí podemos decir exactamente que la fecha en que se alcanzó la soberanía política nacional como primer paso, fue el día en que venció el poder popular, el día de la victoria de la Revolución, es decir, el 1º de enero de 1959. […]

Nuestros objetivos tácticos de hoy son el triunfo de la Reforma Agraria que da la base de la industrialización del país, la diversificación del comercio exterior, la elevación del nivel de vida del pueblo para alcanzar este gran objetivo estratégico que es la liberación de la economía nacional. Y el frente económico ha tocado ser el principal escenario de la lucha […].

¿Qué es lo que queremos los cubanos aquí? Lo que queremos es no vivir del sudor de otros, sino vivir de nuestro sudor. No vivir de la riqueza de otros, sino de nuestra riqueza, para que todas las necesidades materiales de nuestro pueblo se satisfagan y sobre esa base resolver los demás problemas del país, porque no se habla de lo económico por lo puramente económico, sino de lo económico como base para satisfacer todas las demás necesidades del país, de la educación, de una vida higiénica y saludable, la necesidad de una vida que no solo sea de trabajo, sino de esparcimiento, la necesidad de satisfacer las grandes necesidades […].