martes, 15 de septiembre de 2015

Crecer para la revolución

[Vamos! Nº60]  Unificación del comunismo revolucionario. Luego de la Conferencia de constitución del CR-PMLM, entrevistamos a Horacio Catena, secretario de Tierra del Fuego.



La Conferencia Extraordinaria del CR-PMLM realizada los días 15 y 16 de agosto pasado significó el cierre de una etapa desde nuestra ruptura con el PCR iniciada el 6 de enero de 2013. En este evento nacional logramos unir a los diferentes afluentes que, con distintos recorridos, tomamos la decisión de romper con ese partido para reafirmarnos en la lucha por la revolución, denunciando el cambio de carácter del PTP-PCR.
En 2013 los compañeros de Tierra del Fuego hicieron pública la ruptura tras conocerse el acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires del PTP-PCR con el Partido Social, fundado por Fabiana Ríos que en ese momento era gobernadora de Tierra del Fuego. Mientras el PTP-PCR cerraba el acuerdo electoral, el gobierno fueguino abría causas judiciales contra los trabajadores estatales y camioneros que venían de protagonizar un paro con ocupación de la Casa de Gobierno y enfrentamiento con las fuerzas represivas.
Uno de los encausados por esta lucha es Horacio Catena, secretario general de la CTA Autónoma y del SUTEF (docentes) de la provincia, a quien se le pide una pena que va entre cuatro y siete años de prisión. Catena, también conocido como Lolo, es secretario del Partido en la isla. Tras su participación en la Conferencia de unificación, conversó con Vamos! acerca del momento actual y los desafíos.

–¿Cuál es la importancia de la Conferencia de unificación?
–Tiene una importancia tremenda, no sólo por lo que significa en sí misma la Conferencia de armado de un partido para la revolución, sino también en medio de los procesos electorales actuales, de los procesos de masas, de la crisis internacional actual, de los distintos sucesos que están pasando en el mundo y sobre todo en relación a cómo la clase obrera argentina va buscando caminos para avanzar.
Nosotros somos una fuerza revolucionaria que tiene objetivos estratégicos. En el centro de esos objetivos estratégicos está la clase obrera. Y en todos estos años en el centro estuvo la clase obrera, en todo el proceso del kirchnerismo desde el 2001 en adelante, sólo que cada clase social le dio una salida a ese proceso. El kirchnerismo encarnó a quienes mejor entendieron desde las clases dominantes lo que había pasado en el 2001. Al mismo tiempo, hay una gran cantidad de cuestiones que las masas sienten que han conquistado y que no quieren retroceder. Por lo tanto, como ha sido siempre en la historia, buscan diversos caminos para no retroceder. Yo creo que en la Conferencia se discutió en gran parte eso.
Y obviamente que tiene ver con el cierre de una etapa; una etapa de ruptura de una línea de seguidismo de enemigos estratégicos de la revolución, oportunista, y sin los objetivos estratégicos al mando. Cerramos un período, se abre otro con la Conferencia y, como se dijo en la propia Conferencia, va a ser tan importante como lo que podamos llevar adelante. Hay mucha responsabilidad en esto.

–¿Qué desafíos están planteados?
–Tenemos grandes debilidades en las cuales hay que trabajar, no hay que perderlas de vista. La cuestión del estudio del marxismo-leninismo-maoísmo. Hay una cantidad de cosas que desde el punto de vista teórico no somos fuertes. Si estamos claro en eso ya es una ventaja, porque sabemos que tenemos que estudiar. Aunque también, nosotros venimos de una fuerza que alguna vez fue muy chica a la salida de la dictadura y la hicimos grande con una línea, con mucho laburo y con decisiones importantes. Una fuerza que estuvo hasta un momento en lugares importantes de la política argentina. Nosotros lo vimos. Nuestro desafío también pasa por ahí.

–¿Cuáles son las tareas que tienen planteadas hacia adelante en Tierra del Fuego?
–Nosotros hicimos una primera reunión, vamos a conferencia regional. Hay que ajustar mucho lo que es la celularización y construcción del Partido y también a seguir apostando y aprendiendo de los compañeros del Nuevo Movimiento para la Liberación. El Nuevo Movimiento es una herramienta política de frente único que lanzamos como un gran movimiento de liberación y que fue tomado por muchos amigos, compañeros de militancia, pero también con gran parte de la masa. Es una herramienta súper importante donde el Partido también tiene mucho para aprender, mucho para aportar y mucho para desarrollar. Es decir, tenemos tareas de organización de las fuerzas revolucionarias y de los frentes únicos revolucionarios. Creo que estamos en buenas condiciones y que habrá que animarse, equivocarse, pero sobre todo hacer.
Nosotros decíamos los otros días en Ushuaia que la revolución es básicamente creación. Es la creación de algo. Y muchas veces no nos animamos a crear nuevos instrumentos, a crear nuevas formas, sino que vamos siempre por la que conocemos. Entonces, lo del Nuevo Movimiento es una experiencia a estudiar y desarrollar, y sobre todo dejar que los compañeros aprendan de lo que nosotros hacemos pero también nosotros aprender.

–¿Qué política de construcción se proponen en el movimiento obrero?
–Lo que tenemos claro es que tenemos que fortalecernos en dónde estamos, fortalecer en el trabajo político, en el trabajo ideológico, en el organizativo y tenemos que incidir en otros sectores del movimiento obrero. Porque estamos en condiciones de poder incidir en otros sectores. Pero al mismo tiempo tenemos que ajustar bien dónde estamos.
Y me parece que hay una situación donde el kirchnerismo y Cristina Kirchner están jugando un rol que es como cerrando etapas que abrieron ellos. Vamos a decirlo así, de algún modo. El acto en Río Turbio [por la inauguración de una central termoeléctrica] debe ser de un grado de análisis muy importante. Tenemos que analizar qué pasó ahí. Porque eso tiene dos modos de verse: por un lado visto desde el punto de vista político más general, el kirchnerismo es como que va cerrando todo lo que abrió, marcando la cancha a Scioli y a todos. Y por otro lado, lo que el acto significa para los trabajadores de la cuenca carbonífera, que dirigido por otras organizaciones han estado enfrentando a los Taselli, a todos los testaferros de los Kirchner. Y lo del doble discurso llega y ha calado tan profundo, que ¡hasta le pusieron el nombre de los mineros!
Nosotros decimos que no fueron héroes: fueron mártires, víctimas de la desinversión de la mina, de los negocios de Taselli y todo lo vinculado al kirchnerismo. Ahora resulta que va y hace un acto donde dice que eso es una verdadera asamblea popular… como diciendo ‘bueno esto somos nosotros’. Entiendo que eso también tiene una clara señal a lo que viene: ‘Esto es lo que hemos armado y construido en estos doce años, esto somos nosotros.’ Y nosotros tenemos que disputar esas grandes masas. ¿Por qué yo le pongo tanto la mirada a lo que hace el kirchnerismo? Bueno, porque es un fenómeno de masas. Si vos querés dirigir vas a tener que dirigir esas masas, no vas a poder dirigir otra cosa.
Y Cristina Kirchner dijo: ‘porque yo tuve que pasar piquetes, porque peleamos, nos enfrentamos políticamente, pero cuando hay amor se soluciona todo’. Conciliación de clases. Planteó a fondo la conciliación de clases. ‘Cuando no hay maldad, podemos resolverlo.’ El tema de la conciliación de clases la desgranó en el discurso. Pero sobre todo en la actitud. Muy claro. No es alguien que se va a la casa. No está en retirada y lo que te muestra es que construyeron una fuerza real.

–¿Cómo ha sido todo este período desde la ruptura con el PTP-PCR hasta la unificación?
–Ha sido un proceso muy doloroso. Un Partido se construye sobre la base de relaciones políticas y humanas, no son solamente políticas. Muchos de nosotros dejamos dentro del PCR a quienes considerábamos hermanos, gente muy querida. No sólo por lo político. Por las cosas de las vivencias personales, criarnos juntos, conocernos desde muy chicos. Un proceso de una ruptura política de lazos de amistad, de relaciones que nos tuvo muy mal a todos. Porque nosotros a muchos de los dirigentes del PCR los admirábamos. También el proceso fue tan nítido para nosotros que o nos quedábamos en un partido que para nosotros había quedado muy lejos del objetivo estratégico que se decía, o nos quedábamos con la gente de quienes habíamos aprendido tanto, de la masa donde militábamos. Y nos quedamos, como nos habíamos enseñado, siguiendo el destino de esa masa. Y en eso no dudamos porque no quedó ni un solo militante en Tierra del Fuego del lado del PCR. Quedó todo dentro de lo que fue el Partido Marxista Leninista Maoísta y ahora estamos todos en la unificación.