martes, 29 de septiembre de 2015

Tsipras ganó, con un 45% de abstenciones

[Vamos! Nº 61]  Elecciones en Grecia.











Alexis Tsipras volvió a ganar las elecciones del 20/9 que convocó después de que su traición al resultado del referéndum del 5/7 fracturó a la coalición Syriza (Izquierda Radical) y al gobierno que él mismo encabezaba desde enero.

Significativamente, el gran vencedor de estas elecciones fue… la abstención. Casi la mitad del padrón –más del 45%– ni siquiera fue a votar: un reflejo del profundo descrédito que se ganaron en el pueblo griego en primer lugar Tsipras por sus políticas proimperialistas, antinacionales y antidemocráticas, y por su responsabilidad en la tremenda crisis que agobia al pueblo y en el entreguismo y sometimiento a los mandatos imperialistas de la “Troika”: FMI-Unión Europea-Banco Central Europeo. También fueron golpeados los partidos políticos como los conservadores de Nueva Democracia y los socialdemócratas del Pasok.

Syriza se dividió cuando Tsipras decidió aceptar las políticas de “austeridad” (recortes presupuestarios, salariales y jubilatorios, aumentos de impuestos, privatizaciones) que la Troika impuso como condición para conceder un tercer “rescate” financiero por 86.000 millones de euros. Tsipras agachó la cabeza y firmó todos los términos del ajustazo fondomonetarista pese a que pocas semanas antes el referéndum convocado por él mismo había rechazado esas exigencias.

Ahora Tsipras obtuvo apenas el 35% de los pocos votos registrados, y los conservadores un 28%. El Pasok confirmó su decadencia. Porcentajes menores obtuvieron los “comunistas” del KKE (5,5%), el centrista To Potami (3,9%) y la fracción del ex ministro Panayotis Lafazanis que se escindió de Syriza (2,3%), que quedó fuera del Parlamento. Y avanzaron los neonazis de “Amanecer Dorado” (7%): otro dato inquietante para los rumbos que tendrá que padecer el pueblo trabajador de Grecia.

El gobierno hizo una intensa campaña de amedrentamiento machacando la idea de que “no hay otra” que someterse a las imposiciones del FMI y las potencias de Europa y descargar la crisis sobre el pueblo, que sólo eso “es lo posible”, etc. Ni siquiera se defendió el derecho de Grecia a suspender el pago de la deuda ilegítima, usuraria y fraudulenta.

La gran cantidad de defraudados por la traición de Tsipras que decidieron quedarse en su casa y no ir a votar comprueba la enorme bronca que generó su línea de conciliación y finalmente de traición. Ese abstencionismo, más otras expresiones como los votos anulados y otras fuerzas populares, significan una gran reserva para las luchas que enfrentarán las consecuencias de los acuerdos con la Troika.