martes, 15 de septiembre de 2015

El ejemplo de la 60

[Vamos! Nº60]  Entrevista a José Alderete, delegado.



Cuarenta y un días de lucha situaron a los trabajadores de la Línea 60 de colectivos como uno de los principales referentes de las luchas obreras contra el ajuste y la persecución. Con un masivo protagonismo, los trabajadores salieron en defensa de los puestos de trabajo y de su Cuerpo de Delegados, y le torcieron en brazo al monopolio Dota y al Gobierno.
El Cuerpo de Delegados de la 60 hoy en día está integrado por once delegados: cuatro corresponden a la cabecera de Ingeniero Maschwitz, cinco a Plaza Constitución y dos a Tigre. Desde Vamos! entrevistamos a Juan Alderete, delegado de la cabecera de Maschwitz.

-¿Cómo fue la organización durante el conflicto?
-Teníamos todo un diagrama donde había una comisión política, de prensa, comisión de cocina y todo ese tipo de cuestiones. Teníamos el nombre de cada uno de los compañeros que se encargaba de distintas cosas. A la noche, pasado mitad del conflicto, había compañeros que ya prácticamente no se quedaban, entonces se armaban grupos de lunes a domingo, de 15 o 20 compañeros, más allá de los que se querían quedar voluntariamente. “Este grupo tiene que venir el lunes, vos martes, miércoles, jueves”, y así hasta terminar el conflicto.
Los delegados éramos consultados por los compañeros para ver de qué manera se reunían mejor en cada una de las áreas y también teníamos que estar pendientes por algún tipo de negociación por el conflicto en sí, sea con la policía, la gendarmería o algún juzgado.  También llevó su tiempo tener cubierto lo que era la cabecera, lo que era ir a hablar con algunas organizaciones políticas, con otros sectores en lucha. Ese era más o menos nuestro trajín de cada día.
En la mayoría de los casos, los grupos o las comisiones que se armaban se desenvolvían con una total autonomía y después nos juntábamos todos y charlábamos sobre lo que había pasado, sobre las colectas, sobre la cocina, que este no me ayudó a pelar una papa, etc. Eso es parte del folclore de una lucha, donde a veces estás tan irritado, porque pasan muchos días y ves que no hay ninguna luz de solución, y “hasta cuándo vamos a estar así”.

-¿Qué rol jugó la Agrupación Al Volante?
-La agrupación es un complemento del Cuerpo de Delegados, como puede ser un brazo, una pierna. Es algo necesario para nosotros. Y a su vez la agrupación nos ayuda a transmitir el mensaje que nosotros queremos dar a las bases.
Porque vos imaginate, a veces es muy difícil juntar un buen grupo de gente como para que la asamblea sea bastante tupida y que se entere la mayor cantidad de compañeros del mensaje que queremos llevar a las bases. Entonces si bien la agrupación siempre fue el brazo fuerte del Cuerpo de Delegados, también se encarga de los compañeros que no se pueden interiorizar de lo que se dijo en alguna asamblea, de informar. Como ellos están informados por boca nuestra en cada reunión de la agrupación, a su vez transmiten.
De hecho, históricamente todos los delegados salieron de la agrupación, votados en la agrupación y después llevados a las bases siempre con el consentimiento del Cuerpo de Delegados, y las bases confiando en la buena elección o posible buena elección del Cuerpo de Delegados al decir “este compañero puede ir como delegado y consideramos que hace un buen trabajo en la estructura”.

-¿Por qué te definís como clasista?
-Al día de iniciando el conflicto me preguntaron si pertenecía a alguna corriente o a algún partido. Dije que no, que no me identificaba con ningún partido, pero que sí me sentía clasista. Y me decían “pero si vos tenés una ideología política”. Sí, tengo una o ideología política, pero yo no concuerdo con éste ni con el oficialista, y hay cosas que no concuerdo con otros partidos de izquierda, pero no porque tenga bronca sino simplemente no concuerdo en un par de aspectos.
Me tengo que definir clasista, porque soy un luchador más, un trabajador más. Yo no me veo defendiendo al empresario. Si no estuviera como delegado sería un compañero más de los que ayudaron a este cuerpo de delegados.

-¿Qué opinás del Gobierno nacional?
-Bueno, convengamos que hace un par de años atrás venía con la política de darle algo al obrero. Se vio, no a grandes rasgos, pero se vio. Después se cortó esa política, entonces el Gobierno dice “ya le di al obrero, ahora a quién le tengo que dar es al empresario”. Hoy en día sigue con la misma política del lado del empresario porque considera que ya le dio suficiente al obrero, más allá que eso no es lo que se refleja en la realidad.
Calculo que el gobierno tal vez me vea como un cabecita más que quiera derrocar en algún momento al gobierno. Yo no lo veo así. Supongo que eso debe pensar de toda la clase obrera que se para de manos, por decirlo de alguna manera, para hacer respetar sus derechos y tener las reivindicaciones que considere necesario.

-¿En las elecciones qué pensás que es lo que más conviene desde el punto de vista de la lucha que vienen dando?
-Me encantó hablar con un montón de chicos de izquierda, sectores clasistas, porque hablábamos de igual a igual y no se notaba una diferencia que él era de un partido. Así como también gente grande que también me sorprendió, porque viste que los más ortodoxos somos los que tenemos muchos más años.
Considerando que hoy en día la política para el laburante la está teniendo la izquierda, coincidimos en la mayoría de los puntos que pide la izquierda con respecto a los laburantes o a las luchas de los laburantes. Y de hecho la mayoría de mis compañeros votó por una orientación de izquierda. No sólo mis compañeros delegados, sino también mis compañeros de base que no les agradan los partidos de izquierda por todas las fracturas que vienen llevando, después de algún proceso siempre se terminan bifurcando para un lado o para el otro. Eso es lo que mayormente cuestionan mis compañeros de base. No hacen el análisis político de por qué se fracturan o se bifurcan. Pero son agradecidos a ese respecto, y bueno, tomaron la decisión de votar por la izquierda.

-¿Querés agregar algo más?
-Lo único que puedo agregar es que nuestro destino acá en la Línea 60 es vivir luchando. Para seguir manteniendo las reivindicaciones que conquistamos o para volver a conquistar las reivindicaciones que hoy tanto el empresario como el gobierno están queriendo avasallar de alguna manera en beneficio de algún monopolio, o del capitalismo si lo querés llamar así. Esa es la reflexión, que la clase obrera va a tener que seguir luchando.