martes, 29 de septiembre de 2015

Marchas por Julio López

[Vamos! Nº 61]  A 9 años de su segunda desaparición.












Para el Gobierno es una fecha que prefiere olvidar, más preocupado en insistir que la impunidad sería cosa del pasado. Pero para quienes sufrimos y denunciamos la represión de ayer y de hoy, no podía pasar desapercibido.

En La Plata, hasta 
Casa de Gobierno

“Sin Julio López no hay deKada ganada”, decía el cartel que encabezaba la marcha a 9 años de la desaparición del compañero. Paso casi una década y nuevamente realizamos una gran movilización.

En una semana teñida por las marchas de la Noche de los Lápices, la marcha por la aparición con vida de Ruth Avila Sambrano –quien apareció sana–, miles de personas partimos desde las puertas de la Municipalidad de La Plata, lugar donde declaró Julio López en el juicio al genocida Etchecolatz, recorriendo las calles céntricas de la ciudad, con cánticos de denuncia al gobierno nacional, quien en todo este tiempo ha estado ausente. El kirchnerismo no sólo no estuvo en las calles sino que como gerentes de este Estado no han movido un solo dedo para esclarecer el caso López.

Ya en Plaza San Martín, frente a la Casa de Gobierno, se leyó el documento de la multisectorial y posteriormente nos desconcentramos, con el orgullo de saber que nunca hemos bajado las bandera de la lucha por la aparición con vida de Julio López.

En Capital Federal, 
hasta Plaza de Mayo

La consigna “Julio López: 9 años de impunidad y encubrimiento” encabezó la columna que partió desde Congreso, organizada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia que agrupa organismos de derechos humanos, gremios, centros de estudiantes, organizaciones sociales y fuerzas políticas.

“Tenemos presente aquel 18 de septiembre de 2006 cuando esperábamos infructuosamente la llegada de Julio a los alegatos de Justicia Ya en el juicio contra el genocida Miguel Etchecolatz”, comienza el documento leído en la Plaza de Mayo. “Recordamos con emoción su testimonio fundamental para condenar a prisión perpetua al genocida de la Policía Bonaerense”, agrega. “Julio supo poner en palabras el horror vivido en los campos de concentración de la dictadura”, sintetiza.

La marcha hizo una parada en la 9 de Julio, ante el acampe QoPiWiNi, otra realidad pretendidamente negada por el oficialismo nac & pop. Desde el acoplado que sirvió como escenario, dos hermanos originarios hicieron uso de la palabra. La masiva convocatoria escuchó atenta.

El documento leído hizo hincapié en el evidente contrapunto que ha habido entre la inmediata movilización popular ante la segunda desaparición de López y el intento gubernamental de ignorar el caso. “La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, no dedicó a López ni una palabra en ocho años de mandato”, señaló, a lo cual agregó el cinismo del actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que no quiso reconocer el secuestro diciendo que podía estar “tomando té en la casa de su tía”.

Los cuestionamientos también apuntaron contra el entonces gobernador Felipe Solá, quien “sostuvo que su principal preocupación era la gobernabilidad de la policía Bonaerense”. Y contra su sucesor, Daniel Scioli, quien “nunca recibió a los organismos de derechos humanos ni impulsó el avance de la investigación”. Concluye entonces: “Los funcionarios nacionales y provinciales renunciaron a encontrar a nuestro compañero Jorge Julio López y por lo tanto renunciaron también a individualizar a los responsables de su secuestro”.

Entre otros puntos, el documento también denuncia el ajuste, la represión, el gatillo fácil, el intento de privatizar el banco nacional de datos genéticos, a Milani y Berni, la Ley Antiterrorista y los 4000 luchadores populares perseguidos judicialmente. Para cerrar afirmando: “El testimonio de Jorge Julio López contra Etchecolatz ya es parte la construcción de una memoria y una historia que además de poner al desnudo la crueldad y la brutalidad de la dictadura, rescata las luchas, las banderas y los objetivos por los que lucharon los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos, un país sin opresión, sin explotación, sin injusticia, sin represión.”